lunes, 9 de julio de 2018


         Algunas mujeres occidentales expresan su rechazo a formar parte de la esfera pública según el modelo del trabajador varón guiado por la búsqueda del propio beneficio (la única oferta disponible).    
     Es erróneo e injusto interpretar este movimiento como una renuncia por parte de jovencita timoratas  que se han dejado engatusar por el neomachismo. Se trata de algo bastante más complejo e interesante que una ofensiva para devolver a las mujeres a la cocina usando al niño  y su bienestar como una coartada. Seguramente en este flujo de mujeres que vuelven  hacia el hogar, cabe  detectar componentes regresivos y conservadores, pero también hay elementos radicales  y críticos que sería poco inteligente menospreciar [...]
   
      Lo que el discurso estándar oculta  es que la "normalidad" de las jornadas de cuarenta horas semanales+guardería+ una abuela para los apuros  es no ya mejorable, sino directamente inaceptable.

páginas 69 y 70
Carolina del Olmo: ¿Dónde está mi tribu?
Ed/ Clave intelectual, madrid 2013

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