Algunas mujeres occidentales expresan su rechazo a formar parte de la esfera pública según el modelo del trabajador varón guiado por la búsqueda del propio beneficio (la única oferta disponible).
Es erróneo e injusto interpretar este movimiento como una renuncia por parte de jovencita timoratas que se han dejado engatusar por el neomachismo. Se trata de algo bastante más complejo e interesante que una ofensiva para devolver a las mujeres a la cocina usando al niño y su bienestar como una coartada. Seguramente en este flujo de mujeres que vuelven hacia el hogar, cabe detectar componentes regresivos y conservadores, pero también hay elementos radicales y críticos que sería poco inteligente menospreciar [...]
Lo que el discurso estándar oculta es que la "normalidad" de las jornadas de cuarenta horas semanales+guardería+ una abuela para los apuros es no ya mejorable, sino directamente inaceptable.
páginas 69 y 70
Carolina del Olmo: ¿Dónde está mi tribu?
Ed/ Clave intelectual, madrid 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario